miércoles, 2 de julio de 2008

Disolviendo opuestos. La Visión del Desarrollo Integral

Los estudios integrales se hallan atrapados, por así decirlo,
entre dos frentes, una modernidad que se resiste a
conocer la totalidad del espectro de la conciencia y
un tradicionalismo renuente admitir los considerables
avances realizados por la modernidad.

Ken Wilber. El ojo del espíritu.


Diversos teóricos desde la psicología social concuerdan en que hemos llegado a un punto en donde es necesario asumirse realmente como seres humanos y aprender nuevas formas de existir en el mundo, esto es, nuevas maneras de relacionarlos con nuestro entorno inmediato. En este sentido, Arciga (2004) explica que las nuevas fronteras para el desarrollo del conocimiento son ahora sociales y psicológicas, no técnicas ni económicas. Observa que una trayectoria realista radica en conceder prioridad a aprender a vivir, ayudándonos unos a otros en nuestro planeta, considerando esta fraternidad social como un proceso conjunto que da como resultado la participación colectiva.


Por ello, ahora el conocimiento, dice el mismo autor, debe servir para integrar al individuo en la comunidad en un periodo de crecimiento, fomentando el desarrollo y capacidad de decisión, lo cual realza la necesidad de generar una conciencia crítica de las realidades históricas y culturales que se viven, al asumir las responsabilidades y acciones necesarias para transformarlas. En este sentido el desarrollo merece repensarse desde perspectivas alternas.


Para Bauman (2007) la noción del progreso (compárese con la de desarrollo) actualmente se ha convertido en algo así como un juego de sillas en el que un segundo de distracción puede significar una derrota irreversible y una exclusión inapelable. En tal punto, notamos que en muchos de los discursos de actualidad (programas de radio y tv, políticos, organizaciones, instituciones y empresas) abundan las predicas que hacen alusión a diferentes tipos de desarrollo; sin embargo el intento es preguntar a ¿Qué tipos de desarrollos quieren llegar? Pues cuando se hace un análisis de discurso a mayor profundidad, muchas veces se limitan a modelos de desarrollo simulados, fragmentados y faltos de alcance, causando consecuencias peores a las soluciones que pueden ofrecer, prueba de ello es la explotación irracional de la naturaleza en la últimas cinco décadas.


Como alternativa encontramos a las ideas de Gail Hochachka que hacen evidente que el “desarrollo” no solamente incluye el crecimiento económico y la construcción de infraestructura, sino también el grado en el cual los individuos de una sociedad tienen la capacidad de acceder y actuar a partir de una visión de mundo extensa e interconectada. En tal caso se requiere: “acceder a estados de conciencia mas profundos, menos antropocéntricos y egocéntricos”. Es decir que un avance en el desarrollo sustentable implica cambios en nuestras visiones de mundo, mas conectadas hacia los “otros” pues:

A medida que la propia esfera de la autopreocupación comienza a trascender y a incluir mas allá de nuestras necesidades inmediatas propias del egocentrismo, entonces se transforma en sociocentrismo en donde además nos preocupamos por nuestro grupo, nuestra comunidad y nuestra sociedad. A medida que el sociocentrismo se expande hasta convertirse en mundocentrismo este se extiende mas allá para incluir no solo a uno mismo y a su gente, sino a todas las personas y todos los seres (Wilber, 1996, en Hochachka).


Se dice que un enfoque de desarrollo integral además de las necesidades materiales ,como ejemplo, podemos mencionar al fortalecimiento y la profesionalización de las organizaciones civiles, la ecología dentro de las instituciones, la gestión de propuestas de ley y la incidencia en políticas públicas por parte de una ciudadanía participativa, la consolidación sociedad civil democrática, etc., se necesita del respeto de los componentes interiores de carácter mas cualitativo de la vida humana, es decir, de necesidades éticas, culturales, psicológicas y espirituales. Que lleven a la comunidad a un marco de trans – racionalidad y evolución entre los integrantes de la misma. Donde en conjunto los opuestos sean integrados como en el modelo integral de los cuatro cuadrantes de la conciencia de Ken Wilber, desarrollado entre los ejes: interno / externo y colectivo / individual.


Es importante saber esto apoyándonos con la idea de Bartra (2002), al ver que el desarrollo de la globalización (negativa) genera nuevos espacios desintegradores como son nuevos individualismos, provincianismos estrechos y arraigados, debilitamientos de los vínculos humanos y de la solidaridad; y que más que un empobrecimiento material de la población, contribuyen al empobrecimiento cultural - espiritual de la sociedad, y por ende a la obstrucción de la evolución de la conciencia.

Por DVD


Referencias:

- Arciga Bernal, S. (2004). Del pensamiento social a la participación: Estudios de psicología social en México. México: SOMEPSO

- Bartra, R. (2002). Anatomía del mexicano. México: De Bolsillo, 2005

- Bauman, Z. (2007). Tiempos líquidos. Vivir en una época de incertidumbre. México. Tusquets, 2008

- Hochachka, G. (s.f.). Recuperado el 2 de Julio de 2008 de: http://www.drishti.ca/pdfs/integrating_int_espanol.pdf