martes, 30 de octubre de 2007

EL PLAN MÉXICO

Por Ricardo Andrade Jardí

Hace cerca de una década, si la memoria no me falla, en las afueras de Medellín, Colombia, un anuncio espectacular rezaba la siguiente frase: "Plan Colombia: Estados Unidos pone las armas, nosotros ponemos los muertos". La fuerza de la frase lo dice todo.El "Plan México" no es otra cosa que la penetración militarista del imperio en forma directa en nuestro territorio; no es más que la renuncia del desgobierno de la usurpación a lo poco o nada del "amor" que dicen sentir por una patria (la mexicana) que les es tan, pero tan ajena, y no hay que ser más "listo" que Fox para darse cuenta de por dónde va el asunto: una pandilla de mediocres y muy incultos sujetos adiestrados al estilo americano que han abierto, táctica y fríamente calculada por los estrategas imperialistas, las puertas de nuestra frontera para que la milicia gringa, detrás del escudo de sus lacayos mercenarios colombianos, hagan de nuestro territorio un campo de entrenamiento para sus marines bajo el pretexto de la "guerra contra el narco".
Esto último es, en realidad, el posicionamiento militar de nuestros vecinos para abrir nuestro campo al cultivo exclusivo de las patentes agrarias de las corporaciones yanquis, con la intención de acabar con la siembra patrimonial de nuestras culturas originarias, al igual que lo hicieron en Colombia, cuando, con sus fertilizantes químicos y bajo el pretexto de la destrucción de plantíos de coca, destruyeron los cultivos cafetaleros sin afectar, por supuesto, los plantíos de droga, e impidieron (por los contaminantes pesticidas arrojados desde los helicópteros adquiridos gracias al "Plan Colombia") la siembra de ninguna semilla original y permitieron sólo las semillas modificadas, y así terminaron con el ancestral cultivo de café y dieron paso a una masa de desempleados que se verían obligados a migrar a las ciudades o a convertirse en sembradores al servicio de los carteles del narcotráfico. Así fueron los primeros años del mentado Plan Colombia. Y que nadie se engañe porque así serán los primeros años del Plan México, bajo el objetivo de lograr que, en un tiempo récord, nuestros de por sí mermados campesinos se vean en la necesidad de sembrar semilla transgénica patentada o convertirse en la mano de obra barata que requiere el rentable negocio del narcotráfico, mismo que, es presumible, se administra desde los "gobiernos" usurpadores del Imperio y de México. Una vez más y gracias a nuestra tecnócrata y desconocedora, de la historia continental, clase política, México se sumará a los países que, a cambio de un puñado de monedas para sus "gobernantes", pondrá, en charola de plata, la soberanía y la independencia, mientras la inversión militar será utilizada para el combate de la disidencia social y para la protección del narcotráfico y el crimen organizado que se estructura al interior de las mentadas instituciones de la "Democracia Corporation S.A." Así, pues, podemos suponer sin equivocarnos que el Plan México no es otra cosa que Estados Unidos poniendo las armas y nosotros poniendo los muertos, con la diferencia de que nuestros vecinos, si son medianamente inteligentes, se declararán en quiebra y el usurpador en turno les armará su FOBAPROA particular, con la única intención de que sea nuestro petróleo el pago de su rescate. ¡Todo un negocio!

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